Tiempo, detente muchos años. Crónica del regreso de Caifanes.

Publicado: abril 11, 2011 en Amplitud Tísica
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El reloj de arena contaba los segundos, ese reloj que se puso a funcionar el 18 de agosto de 1995 en San Luis Potosí ahora marcaba los últimos instantes de una espera de casi 16 años. Las pantallas del Foro Sol anunciaron a Caifanes, aplausos, alaridos, gargantas que se afinaban y ojos que comenzaban a lagrimear se mostraban en el público, en la raza.

 

Los granos de arena seguían su curso y Caifanes aún no pisaba el escenario, en su lugar el ambiente de la cancha de béisbol fue tomado por una guerrera de voz angelical que cantaba ‘Puedo intuir, puedo oler, puedo pensar pero saber jamás…’, las bocinas del Foro Sol dieron lugar a un pequeño homenaje a Rita Guerrero, la raza tomó esto con gusto y algunas de las 75 mil voces que aguardaban en retorno de Caifanes coreaban junto a Rita “Azul casi morado”.

 

El programa marcaba las 22:20 horas para el inicio de Caifanes, no fue así, esperamos algunos minutos, pero si ya habíamos esperado 15 años unos segundos de más no causarían ningún trauma, al contrario, ese sentimiento que mezcla el nerviosismo, con la ansiedad y la emoción se alimentaba de los granos de arena que seguían pasando. De pronto, las luces se apagaron, la reacción fue la esperada, gritos, aplausos, manos cornutas levantadas, el Foro Sol se volvió un manicomio.

 

Los dedos de Diego Herrera se posaron sobre el teclado siempre etéreo y omnipresente de Caifanes, el 2011 se volvió 1988, la oscuridad coloreaba el escenario, sólo se escuchaba el teclado, unos segundos de notas largas y la voz gruesa de Saúl comenzó la fiesta: ‘Desde aquel día me trajeron para acá…”, señoras y señores, los señores André, Hernández, Herrera, Marcovich y Romo estaban juntos de nuevo sobre un escenario.

 

Las añoranzas del primer disco llegaron juntas en un primer bloque de tres canciones que sirvieron para que algunos comenzaran a llorar, otros ya desgarraban sus gargantas para unirse al unísono de 75 mil voces y otros más simplemente sonreían o movían el pie al ritmo marcado por Alfonso André.

 

Aceptémoslo, la producción no fue magnífica, los visuales y la iluminación simplemente cumplieron, por su parte el sonido fue destacado, pero sin duda todo esto fue rebasado por el ambiente que se sentía en el Foro Sol, volvimos a ser Caifanes, no sólo esos cinco músicos, todos nosotros nos hicimos un solo espíritu hermanado por la música.  Rola tras rola demostramos que no sólo éramos público… éramos parte del espectáculo, nuestras voces eran las de Saúl; no es que él ya no tenga la misma potencia de hace 15 años, es que nosotros cantábamos más fuerte, lo hacíamos hasta ‘desgarrarnos la piel’. A pesar de ello “Piedra” sorprendió por ser una de las menos coreadas aunque aún así se escuchaban algunos gritos que acompañaban la letra de Saúl.

 

Llegó el primer discurso preparado, Marcovich, Sabo y Saúl se sentaron en unos bancos, se avecinaba uno de los momentos más emotivos de la velada. “Ayer me dijo un ave” fue dedicada a Rita Guerrero, a Eugenio Toussaint con un uno en la garganta por parte de Saúl y finalmente como una exigencia al presidente de México para que acabe con la violencia en el país… ‘que abrace al miedo con tu sueño, que sea un guerrero de sangre para que nadie te haga daño’.

 

Al terminar este grito de protesta Saúl agradeció a quienes ya tenían marcada la barricada en el pecho y que esperaron en primera fila desde que se abrieron las puertas del Foro Sol, tampoco olvidó a los de hasta atrás: “los de adelante, los de hasta atrás, los de los lados, todos son igual de importantes, todos somos uno raza” gritó Saúl.

 

“Aquí no es así” nos dejó ver que 15 años no fueron desperdiciados, cada uno de los cinco Caifanes está en excelente forma musical, la guitarra latinoamericana de Marcovich se lució con uno de sus mejores solos y los aplausos no se dejaron esperar cuando Hernández se acercó a él y lo abrazó mientras el guitarrista ejecutaba su solo. Pero hubo un pequeño traspié en la letra por parte de Saúl, ¿qué importaba?, tenía un soporte de lujo compuesto por el público que se acordó de la letra. Se acercaba el final, el clímax estaba próximo de la mano de improvisaciones de Marcovich que se dio el lujo de alargar sus participaciones tal como lo hizo con el magnífico solo de “Afuera”.

 

‘Juntos buscamos la eterna pareja, después de amarnos nos odiamos’ pareció ser el epitafio de la primera presentación de Caifanes del siglo XXI que ejemplificaba el estado de una banda que se dejó de flagelar para quererse. Saúl presentó a la banda y las luces del escenario se apagaron.

 

Instantes pasaron para que nuevamente los cinco músicos subieran al escenario, en esta ocasión el que habló fue Sabo, quien recordó que el 11 de abril de este 2011 se cumplen 24 años de la primera tocada de Caifanes sucedida en Rockotitlán. “El negro cósmico” fue la segunda canción de la noche no tan coreada, lo que se arregló en cuanto sonaron los acordes de “Amanece”, rola en la que Saúl cantó ‘Nunca nadie NOS podrá parar’, un plural que sonaba a una banda y a una raza reconciliada consigo misma y con los demás.

 

“Hasta morir” nos demostró que la voz de Saúl ya estaba cansada, el vocalista se alejaba del micrófono al final de los versos pero ahí estaba ese coro del Foro Sol para echarle la mano al también llamado Chato. Al terminar esta rola, nuevamente las luces del escenario se apagaron, sin embargo la raza quería más, mucho más.

 

La voz de Saúl iluminó el escenario otra vez y nos compartió que en las dos semanas previas de ensayos de la banda, con cada rola les llegaban recuerdos buenos y malos, Saúl finalizó diciendo: “Esto es por ustedes que nunca quitaron el dedo del reglón… por ti raza” y llegaron los tres clásicos que todos conocemos, las tres canciones con las que debían cerrar: “No dejes que…”, “La célula que explota”, en la que ahora el público se adelantó un verso y omitió aquel ‘Hay veces que no dejo de soñarte’ por el ‘Hay veces que no sé lo que me pasa’, este error tampoco importó, todos nos divertíamos. Por último “La negra Tomasa” dio fin al concierto más esperado del rock mexicano, el reencuentro de Caifanes.

 

Alejandro dejó la guitarra, Alfonso se alejó de la batería, Diego hizo lo mismo con los teclados, Sabo se descolgó el bajo y Saúl colocó el micrófono en el atril para tener los brazos libres y fundirse en un abrazo con sus cuatro compañeros, con sus cuatro Caifanes.  Los cinco abrazados, sin separarse, se desplazaron de un lado a otro del escenario para agradecer a cada sector del público. Nuevamente el reloj de arena ha sido volteado, el tiempo se detuvo por más de hora y media, ahora hay que esperar la nueva parada.

 

Setlist completo:

9 de abril de 2011 // Foro Sol // 75 mil personas

1)      Será por eso

2)      Mátenme porque me muero

3)      Viento

4)      Antes de que nos olviden

5)      Los dioses ocultos

6)      Detrás de ti

7)      Nubes

8)      Piedra

9)      Ayer me dijo un ave

10)   Aquí no es así

11)   Miedo

12)   Afuera

13)   Nos vamos juntos

–ENCORE—

14)   El negro cósmico

15)   Amanece

16)   Hasta morir

–ENCORE—

17)   No dejes que…

18)   La célula que explota

19)   La negra Tomasa

 

…..Hugokoatl/////

 

comentarios
  1. Christian Vieri dice:

    No dejo de recordar este concierto, cierto que los nuevo son mejores producidos pero lo que se sintio en este jamas lo volvere a sentir, 16 años no se recorren tan facilmente

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